Es cierto, todo está en flor, es cierto que iremos. Porque ¿no somos dioses tú y yo? Siento en mi sangre la rotación de universos inexplorables…
Vladimir Nabokov
La primera vez que leí la palabra “Vie privée” fue en un largo e intenso poema de algún escritor francés del siglo XVIII –poema cuyo nombre no recuerdo pues estaba ebrio de virtud e insomnio, y que, sin embargo, aún prevalece en mi memoria como los vestigios de un amor perdido. ¿Cuántas veces, me pregunto en este momento, se puede perder un mismo amor? La palabra se traduce al español como “Vida privada”, y es aquí, en esta cruzada de expresiones e idiomas, que recordé, no sin antes sentir que el corazón se me salía de la emoción, la obra del pintor Malcolm T. Liepke. A él, como si ya no fuese suficientemente dramático, también lo conocí a través de la literatura; una de sus pinturas, titulada "In Her Arms", acompañaba una ilustración del relato "La mujer más hermosa de la ciudad" de Charles Bukowski: «Luego dormimos abrazados como por una hora, y eso en cierto modo fue mejor que haber hecho el amor».
![In Her Arms (2017)](https://static.wixstatic.com/media/a59caf_65efcfe6feaa4df190a47aa67e2db27c~mv2.jpg/v1/fill/w_980,h_1172,al_c,q_85,usm_0.66_1.00_0.01,enc_auto/a59caf_65efcfe6feaa4df190a47aa67e2db27c~mv2.jpg)
Este hecho, aparentemente simple, me pareció, por decirlo de alguna manera, algo bastante curioso, y, probablemente, un tanto contradictorio; pues el escritor estadounidense no se destacó, al menos bajo la masiva lupa social, por ser un narrador de momentos introspectivos. Pero sí, claro que lo era, y es que la ternura, en su infinita capacidad de mutación, no está ligada meramente a la delicadez, el silencio o la belleza hegemónica, también se puede hacer presente en situaciones tan cotidianas como el llanto, el enojo, la rutina o el simple hecho de escuchar música con los ojos cerrados. Y es ahí donde entra el trabajo del pintor norteamericano Malcolm T. Liepke: un artista centrado en el retrato, el cuerpo, la sensualidad, la intimidad, y, como ya se dijo antes, la ternura.
Liepke nació en Minneapolis, Minnesota, en 1953; aquellos lejanos años del jazz, el movimiento Beat, y la explosión artística de René Magritte. Estudió en el Art Center College of Design de Los Ángeles; pero, y como pasa a menudo con las mentes llenas de ideas, lo dejó después de un año y medio. ¿Estamos, una vez más, frente a la obra de un pintor autodidacta? Se podría decir que sí, y, claramente, no es el primero ni será el último. Y esa... Esa es una victoria del arte.
![Young Man (2019)](https://static.wixstatic.com/media/a59caf_907c33b395604c2dbe245759f986342c~mv2.jpg/v1/fill/w_980,h_1238,al_c,q_85,usm_0.66_1.00_0.01,enc_auto/a59caf_907c33b395604c2dbe245759f986342c~mv2.jpg)
Otra frase que me hace pensar en la obra de Liepke es una que se puede leer en el maravilloso relato "Dioses" de Vladimir Nabokov: «Es cierto, todo está en flor, es cierto que iremos. Porque ¿no somos dioses tú y yo? Siento en mi sangre la rotación de universos inexplorables». Sin embargo, y dejando de lado la sensibilidad poética de quien escribe esto (melodrama), los personajes del pintor estadounidense no son ni necesitan ser Dioses: son tan humanos como un Cristo.
Entre sus influencias se destacan figuras como John Singer Sargent, Edgar Degas, Henri de Toulouse-Lautrec y Diego Velázquez. Conocidos por sus piezas de carácter familiar e íntimo. ¿Qué es lo que lo diferencia de sus maestros? Liepke trabaja desde el otro lado de la vereda, desde la neutralidad; pues no emite juicios morales ni sociales acerca de sus protagonistas: los retrata, los pone al descubierto, al desnudo; pero no nos dice: «esto es el amor, y esto es el odio». Le da libertad total al observador. Es, de cierto modo, como un narrador que observa desde la altura de una cámara. Su pincel está cargado de pintura corrida, contrastes y tonos grisáceos y rojizos, lo cual da la impresión de estar frente a una persona ruborizada por la vergüenza o la lujuria: dos estados puramente animales. La carne está expuesta al sol, a la noche y al calor de las sábanas.
![Together Tonight (2023)](https://static.wixstatic.com/media/a59caf_3e8ae4b1f6714994ad728daf7b1645cc~mv2.webp/v1/fill/w_980,h_1265,al_c,q_85,usm_0.66_1.00_0.01,enc_auto/a59caf_3e8ae4b1f6714994ad728daf7b1645cc~mv2.webp)
¿Cuál es el límite de la confianza? ¿Hacia dónde nos lleva el deseo de ver más allá de las relaciones entre humanos? ¿En qué momento pasamos de ser espectadores a voyeristas y viceversa? Imposible no hacerse estas preguntas al observar el trabajo de nuestro protagonista, el cual lleva, y como si nos estuviese leyendo la psiquis, estos momentos hasta un clímax, o el borde de este, y que nos impulsa a recordar nuestras propias vivencias, nuestros deseos más profundos, sin darnos respuesta alguna, pues eso nunca importó.
Por Javier Ignacio Lux
Comments