Estás dentro de mi boca
Mi garganta es una cueva
en la que habitan cientos de espíritus:
el ángel joven, la prostituta de pelo negro, el recién resucitado…
Y cuando pusiste el peso de tu cuerpo en mi rostro
¡Oh, se abrieron los mares a la forma del río Nilo!
Y cuando derramaste lágrimas a causa de mis engaños
¡Oh, me sentí tan orgulloso como Dios
después de haber desatado la Gran Lluvia!
He abierto mis alas para recibir tu bendición; pero, y como si de un milagro se tratara,
tengo que dar algo de vuelta
No tengo más que una moneda de bronce, y el anhelo de ser bautizado antes de la hora final
¿Aceptarías mi alma a cambio de una docena de mentiras?
Mi boca, que alguna vez fue un ataúd, se abre, se rasga y, finalmente, se desnuda ante tu presencia
¡Soy todo fluidos!
¡Soy pura humedad!
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