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Reseña de la semana: El hombre teñido de rojo (2024)

revistaelcoloso

 

Los grandes libros tienen algo en común: una frase que los distingue del resto, y que, por muy simple que parezca, es, quizás, la consecuencia de toda una vida, de un sinnúmero de experiencias, y en El hombre teñido de rojo (2024, editorial Nass Papier) podemos encontrar una que lo corrobora: «Poco a poco fui viendo la belleza en donde nunca antes la había visto, vi lo que realmente era digno de mirar…» ¿Cómo responder ante esto? ¿Cómo continuar leyendo sin ponerse a pensar en la belleza como punto de partida de todo lo que observamos? En la obra de Ángel de Juan no hay respuestas para esto, y es que tampoco las necesita: el libro habla por sí mismo.


La historia gira en torno a Guillermo, un hombre que trabaja en una oficina común y corriente; es una persona que, como tantas otras, odia su trabajo, y, también, a quienes cohabitan allí. Se pasa el tiempo escuchando música, fumando marihuana y divagando mentalmente, como quien se sabe insatisfecho de su propia existencia. Por momentos se hace inevitable no pensar en autores como Dostoievski, Kafka e incluso Bukowski, no por la forma, ni el estilo, sino por el aura que circunda al personaje principal, y el espacio en el que este se desarrolla: tanto la resignación como el fracaso y la ira se hacen presentes a la lo largo de las páginas, las cuales, y al igual que un reloj de bolsillo, van marcando el tiempo de la lectura, de la misma manera en que avanza el mundo que aquí se describe, y que, lamentablemente, no se aleja de la realidad: un mundo regido por los horarios, la rutina y el vacío de los días. Las ilustraciones (a cargo de Tobías Saiz Pena) no hacen más que resaltar este estado de ánimo, dándole, además, un tono fresco, ligero, sin dejar de lado la esencia del mismo. Un punto a destacar es que tanto los dibujos como el papel son de una grandísima calidad.


La historia es rápida, entretenida y, por momentos, se puede leer casi de manera instintiva; pero no por eso deja de ser compleja –rigiéndonos bajo los términos que usan los críticos de arte. A lo largo de la trama, Guillermo, quien guarda un secreto que se revela en las últimas hojas del libro, avanza, retrocede, tanto física como mentalmente, es como tú, como yo, como cualquier otro ser humano, y mostrar eso al mundo es realmente difícil de hacer; pues, y dada la sociedad en la que estamos inmersos, es fácil caer en el aburrimiento, en la “paja” mental, y terminar, como en muchas ocasiones, sacando el teléfono para huir de… ¿De qué huimos todo el tiempo? De nosotros mismos, quizás, tal y como sucede con el protagonista de “El hombre teñido de rojo”.


Por Javier Ignacio Lux




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