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Reseña de la semana: A Season in Hell (1966-1980)

revistaelcoloso

 

(...) But something may come out of the bloody book. Ciertamente, en este momento, it keeps her balance.

José Donoso es un escritor chileno tan fundamental como elusivo. Uno de los representantes del boom latinoamericano, estudió y publicó primeramente en New Jersey, Estados Unidos, por medio de la revista de la universidad donde estudió. No fue un autor excesivamente prolífico, ni en vida ni después de esta, pero su obra, altamente celebrada, lo llevó a recibir varias condecoraciones en Europa y USA (Premio Pedro de Oña, 1969; Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, 1986; Intar Golden Palm Award,1991), y, también, el Premio Nacional de Literatura en 1990. Cecilia García Huidobro recopiló su trabajo periodístico en dos libros, Artículos de incierta necesidad y El escribidor intruso, además de la anterior compilación de diarios de Donoso llamado Donoso in progress.


Hay algo muy humano y voyeur en curiosear un diario, en especial de un escritor importantísimo, décadas después de su muerte. En ese sentido, no hay momentos como la infame entry del diario de Kafka en uno de los días cruciales de la Primera Guerra Mundial (“August 2, 1914: Germany has declared war on Russia. Went swimming in the afternoon. That was it”); pero sí hay muchísimo dirty laundry. Trapos sucios y dirty laundry, porque Donoso se graduó de Princeton, pero Princeton nunca dejó a Donoso.


El cartón está realmente completo cuando se trata de los detalles que, generosamente, nos entrega: desde su infierno intestinal hasta lo que lee y cómo le afecta, pasando por las noches con los García Márquez y su compleja vida sexual con María del Pilar. Ninguno de estos detalles soeces parece estar fuera de lugar; todo lo contrario, son completamente conducibles a su estilo de vida y su presumible gusto en libros. Sus entradas de diario parecen ser más crónicas cuando María del Pilar tiene problemas, y más poesía cuando tienen buenos momentos. Su vacilación con el futuro y su aparente tendencia a procrastinar (ejemplificado con varias entradas donde describe que, siendo altas horas de la noche, no ha logrado hacer nada, incluso habiendo estado hace rato en el estudio) lo hace, aparte de un diario fascinante, un diario con un personaje en que es fácil proyectarse. Es una experiencia muy fraterna leer cómo ingresa en su diario ideas de artículos y libros que, cuando uno revisa las notas al pie, ve que nunca fueron realizados.


Sería relevante entonces combinar la lectura de los diarios con Correr el tupido velo, para observar, de manera más completa e íntegra, la vida y obra de un intelectual mañosamente acomodado, en una eterna guerra consigo mismo. El tema de su discutida homosexualidad es más algo escondido en la trama del libro, hasta la página 468 habla de la “libertad” que significaría que María del Pilar muriese, y también de su “pobre, breve y casi nula” historia con hombres.


Es un diario muy humano, ciertamente, muy completo en el relato del sufrimiento extremadamente específico de un escritor agobiado por sus propias ideas y su incapacidad de llevarlas todas a cabo. Uno al que me fascina regresar, ciertamente, cuando siento que quiero sufrir con alguien. Cuando Donoso se pone salacious, lo hace también con estilo y naturalidad, como cualquiera cuyo lugar final de descanso esté en Zapallar y que Bloom considere parte del Canon Occidental. Muy relatable de su parte.


Por Emilia Pinto




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