Noche en Cartago
Tanto el anhelo antes del equinoccio,
una raíz nos crecía en el alma
o adentro del pecho como puñal invisible;
de tan lejos, tanto sin vivirnos, de tantos días
numerados por el cuerpo indefenso;
mi mano, apenas si sondea tu vestigio,
la horadada sombra del cielo que nos apartó.
Volver, tras la vía dolorosa, al reencuentro,
a ti, a nosotros, a un espejo desnudo,
a las ruinas de cuando fuimos Cartago,
al tacto del sol en tu espalda, amor,
tanta ausencia del color del jacinto
y no estar o procurar un débil olvido,
y no, nos crecía una raíz pétrea,
por los párpados, por los labios, en las manos
que nos reclama, anclada a la tierra, la muerte;
abrazados, nuevamente, con tantas hogueras
sobre el cuerpo ante el vacío, amor.
@chaurancarvajal
![](https://static.wixstatic.com/media/a59caf_3845744013d8471b962ffad3ae953961~mv2.png/v1/fill/w_980,h_735,al_c,q_90,usm_0.66_1.00_0.01,enc_auto/a59caf_3845744013d8471b962ffad3ae953961~mv2.png)
Comentários