Hoy: entrevista junto a Ángel de Juan, autor de El hombre teñido de rojo, quien nos comparte su experiencia e impresión acerca de la publicación de su primer libro.
¿Por qué, cómo y cuándo partió la idea de escribir un libro? ¿Fue algo que siempre supiste o lo averiguaste durante el camino?
A mis veinte y pocos tuve la idea de escribir una historia, de eso resultó una novela que está por ahí guardada, y que, tal vez, en algún momento, la vuelva a revisar. El por qué, no lo tengo muy claro, siempre me gustó escribir, aunque lo hacía como un hábito y para tareas prácticas, como, por ejemplo, listados de cosas por hacer durante la semana o cartas de amor, cuando no me atrevía a encarar a una chiquilla que me gustaba. En mi adolescencia leí bastante al odiado por muchos y amado por pocos, Alberto Fuguet —yo no lo amo, pero tampoco lo odio. Supongo que me cayó bien su forma de narrar en aquel entonces. En el colegio me dieron a leer Mala Onda y, luego, compré varios de sus libros como Sobredosis, Tinta Roja, Cortos y un par más que no recuerdo. Mi experiencia lectora nunca ha sido vasta, y no es que no me guste leer, pero hacerlo requiere de tiempo y eso es escaso en el colegio, en la universidad y ya cuando se trabaja, así que hoy leo lo que me llama la atención, no leo por obligación ni para dármelas de sabiondo. Pero bueno, supongo que mis escasos hábitos de escritura y estas lecturas de adolescencia que menciono, de una u otra manera, me influenciaron en desear escribir una historia y más adelante en publicar un libro.
Como te comentaba al principio, esa novela quedó ahí y ahora estoy escribiendo otra, pero me decidí a publicar un cuento, algo más corto y quizás más manejable, aunque con otras dificultades diferentes a las de una novela. Este cuento era lo que tenía más a mano, encontré que terminó estando bien estructurado y se podía pasar bien leyéndolo. Aparte, mi interés era experimentar como se manejan las editoriales independientes y tener algo de feedback de los lectores; creo que una buena forma de acercarse a un autor desconocido es a través de un cuento o relato, después de todo, el tiempo es uno de nuestros bienes más preciados y, a veces, es más fácil leer cincuenta páginas en vez de cuatrocientas para saber si un autor nos interesa y así adentrarnos más en lo que este haga.
¿Qué tan difícil se te hizo el poder encontrar una editorial dispuesta a publicar tu obra? Según tu experiencia, ¿crees que estas tienen cierto miedo de divulgar a autores emergentes?
La verdad no me costó mucho. Creo que no contacté a más de cinco o seis, de las cuales dos o tres me dijeron que no estaban recibiendo manuscritos, y otras me respondieron después de que ya había firmado contrato con la Editorial Nass Papier, que, si bien es una editorial independiente de reciente nacimiento, me pareció que se tomaba las cosas en serio y quería invertir en las obras de sus autores poniendo énfasis en la calidad y en la difusión.
Respecto al miedo del cual preguntas, me parece que es algo lógico de considerar, pero más que miedo es el riesgo, algo que se evalúa en todo negocio, y por supuesto, tener una editorial literaria es parte de esto. En este sentido, me imagino que sería mucho más sencillo vender los libros de alguien que es conocido y tiene una masa de gente que lo sigue. Hoy está lleno de youtubers o instagramers que publican libros inclusive con las grandes editoriales sin tener experiencia previa. Algunas de estas editoriales crean submarcas para estos fines, así no se “manchan” ni pierden prestigio vendiendo “cualquier cosa” o publicando a “cualquiera”, pero aseguran ventas. Por otro lado, la marca madre pasa a ser como la marca paragua y es lo que le da validez, es su recurso de venta para que más gente quiera publicar sus libros con ellos.
¿Qué relación hay entre tus tres facetas, el humano, el músico y el escritor? ¿Cómo se complementan?
Creo no haber dejado de ser un humano, aunque hoy nada se sabe con certeza. De lo que estoy seguro, es que hemos perdido humanidad, pero ese es otro tema. A lo que me refiero es que yo hago música, escribo y también me dedico a otras cosas, pero todo está ligado y se me hace imposible separarlo. Lo que sí podría decirte, es que en mí existe un lado artístico en donde entra la música, la escritura y el aprecio por la contemplación, todo esto lo siento como mi yo abstracto, mi yo auténtico y con el cual me siento más cómodo, creo que si sigo vivo seguro es porque este me da vida. Mi otro lado es el de mi yo más práctico y estructurado, este es el que debo usar para sobrevivir a cómo está organizada nuestra sociedad: el que va a trabajar de vez en cuando a una oficina, el que se debe cuadrar a un horario, el que debe pagar cuentas y ponerse límites. Ambos lados o facetas están presentes, aunque el que predomina y siempre quiere salir es el primero, al otro debo sacarlo a diario para ser productivo, no es fácil, me hace pensar mucho en el sin sentido de lo cotidiano y me quita harto tiempo de vida, pero para nadie la vida es fácil realmente.
En El hombre teñido de rojo hay una fuerte carga de resignación, frustración e incluso un poco de ira, lo cual me hizo pensar en autores como Dostoievski, Kafka y Bukowski, ¿alguno de estos escritores influyó en este ambiente hostil, desgarrador y sombrío? ¿Hubo otros que tomaste como referencia?
Intenté leer “Crimen y castigo” hace unos diez años atrás, pero no continué con la lectura, tal vez el libro no era para mí en ese minuto, seguro lo leeré en algún momento. No he leído nada de ese autor, y de Kafka no recuerdo si en el colegio me dieron a leer “La metamorfosis”, creo que no o seguro me acordaría. He sido un mal lector en mi vida, aunque me gusta leer, esto requiere tiempo y soy de leer muy lento. Todos los autores que mencionas me interesan, he indagado un poco en sus vidas y me llaman la atención, a veces entro en la lectura por la vida de sus autores. Sé que estos autores son parte del canon literario, pero no soy de leer algo porque sea mandatorio, porque me lo hayan recomendado, ni mucho menos porque esté de moda; valoro mi tiempo y me guío por lo que me atrae o me llama en un momento dado. Me atraen las personas conflictuadas y las que se atreven a experimentar a pesar de las adversidades, entonces sí, Dostoievski, Kafka y Bukowski entran en estos criterios de interés personal. De estos sólo he leído algunos libros de cuentos de Bukowski como “La máquina de follar” y “Erecciones, eyaculaciones, exhibiciones”, él me parece un tremendo escritor y lo que me llama la atención es que provenga desde abajo, y considerando su historia de vida, tal vez incluso del subsuelo, fue fiel a su existencia. Valoro ese reconocimiento de nuestras pasiones y el atreverse a seguir adelante con ellas independientemente del contexto que nos haya tocado vivir y de lo que opine el resto.
Tu libro tiene una revelación al final, casi en las últimas páginas, ¿cómo fue que llegaste a esto? ¿Estuvo planeado desde un principio?
Nada del cuento estuvo planificado, simplemente me puse a escribir y mientras lo hacía iban saliendo más cosas. La historia tiene harto subtexto y toca temas como la soledad, la libertad, la hipocresía, la desmotivación, la vida laboral, los roles que tomamos dentro de la sociedad, entre otros. En general me baso en experiencias personales y también en mi propia perspectiva de la realidad que veo en Chile, que es el país en donde vivo, pero específicamente en la capital, Santiago, pero entre sumas y restas el cuento es de ficción, eso debo dejarlo claro.
¿Te sientes conforme con el resultado final de El hombre teñido de rojo?
Quedé conforme, es mi primera publicación, y ya por el hecho de publicar me queda un buen sabor de boca. Otra cosa es llegar a pensar que el cuento es perfecto. Creo que todo puede ser mejorable y uno mismo va cambiando constantemente, entonces, como te decía, en ese momento encontré que el cuento estaba bien y se podía publicar, pero hoy si lo revisara seguro encontraría detalles o cosas que haría diferente, pero eso me va a pasar siempre, aún así la historia como fondo no cambiaría, lo que cambiaría sería solo parte de la superficie. Cualquier escrito responde a un momento dado del que tú eres parte, si te convence en ese momento, ya lo tienes, no lo mires mucho más. Ahora bien, lo que te acabo de decir tiene relación con el aspecto creativo y de edición hasta el momento en que se publica la obra, pero algo muy diferente es nuestra percepción cuando el libro es leído por otros después de publicado. Publicar es quedar expuesto y al hacerlo pueden venir comentarios de todo tipo.
En mi caso, y aunque no estoy realmente informado, creo que el libro no se ha vendido mucho —esto está en manos de la editorial— pero los comentarios que he recibido de las personas que lo han leído han sido todos positivos; esto, obviamente, me tranquiliza, aunque sé que debo tomármelo con mesura. Pero esto último nos lleva a otra cuestión para pensar, y es: ¿Qué tanto nos debe importar como autores lo que piense el resto acerca de nuestra obra? Sólo dejaré planteada la pregunta. Para mí, si bien es importante saber qué opina el resto de lo que escribo, me importa más conocer lo qué sintieron con lo que acontecía en la historia, saber lo que les quedó después de terminarla y, sobre todo, si les permitió reflexionar sobre algún aspecto en particular.
Bolaño alguna vez dijo: “La literatura es una profesión sumamente ingrata”, ¿cuál es tu opinión al respecto?
Sí, más que de profesión, Bolaño habló de lo miserable que es el oficio de escritor, aunque lo podemos entender como algo similar. Yo en este minuto no soy nadie en el mundo de la literatura y, por estadística, probablemente nunca llegue a ser alguien, por lo que no podría dar mi opinión acerca del oficio de escritor, considerando a oficio como una acción determinada, no profesional, que se lleva a cabo de manera habitual y con la cual se lucra. Estoy recién comenzando con esto, si es que se le puede llamar “comenzar”, así que no me queda más que creerle a Roberto Bolaño en base a su experiencia. Él fue alguien que tuvo todo tipo de trabajos mientras escribía, y en algún momento fue reconocido por lo que hacía, así que debió conocer muy bien el mundillo editorial y literario. Por otra parte, lo que dice me hace pleno sentido y se puede ver en todo tipo de arte, no solo en la literatura… En la práctica creo que no deberíamos hacer arte pensando en caer bien o en gustar, ni mucho menos en ganar plata, tampoco deberíamos “creernos tanto el cuento” de ser escritores. La búsqueda de identidad, de validación y de sentido debería ser desde adentro hacia afuera y no al revés, y una vez relativamente resuelto ese asunto del ego, simplemente deberíamos escribir lo que nos salga y cuando nos salga, para seguir en esa búsqueda hasta que “nos dé el cuero”. Esto me hace volver a Bukowski, de quién me preguntaste antes, y su famoso “Don’t try”. Después de todo, tal vez sí me haya influenciado.
Finalmente, y pensando en los libros como un bien de consumo, ¿cómo combatir la frustración, el miedo e inseguridad de no ser leído como uno espera? ¿Qué tan importante es para ti que tu libro sea vendido, comprado y conocido dentro del ambiente?
Creo que gran parte de esto lo respondí recién, pero te podría decir que para mí es importante que mi libro se venda, ya que quiero que lo lean, y esto debe ser así porque los derechos de autor los tiene la editorial que me publicó. Ahora bien, en la etapa en la que estoy, recién iniciándome en todo esto y “ganándome los porotos” por otra vía, con un trabajo formal como lo hace la gran mayoría de la gente de a pie, me daría lo mismo que mi libro se terminara regalando con tal de que fuese leído. Si en algún minuto llega una inversión fuerte y hay un enfoque a la distribución y comercialización por una editorial más grande; bueno, bienvenido sea, y ya veremos cuáles serán los pros y contras de todo el asunto en la práctica misma. Hoy, la verdad no tengo ninguna expectativa frente a las ventas o al reconocimiento de mi persona como autor, prefiero mantenerme lo más al margen posible de todo eso, seguir leyendo, y escribir lo que necesito contar siendo fiel a quien soy, además de pulir mi escritura constantemente.
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