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Anne Sexton: breve diario de una vida

revistaelcoloso

Actualizado: 9 abr 2024


 

Anne Sexton nació en Newton, Massachusetts, en 1928. Creció en el seno de una familia de clase acomodada; pero, y como suele suceder en estos casos, eso no impidió que no sufriera las consecuencias del desarraigo emocional de la niñez, pues tuvo una difícil y distante relación con sus padres, y, también, con el entorno que la rodeaba: una historia que se repetiría a lo largo de su vida. En 1948 contrajo matrimonio junto a Alfred Muller Sexton II (de ahí el apellido por el que la conocemos) con quien tuvo dos hijas. En 1954, y con tan sólo 26 años de edad, fue diagnosticada con depresión posparto; período en el que sufrió un colapso mental que derivó en su primera hospitalización. Fue su mismo médico quien la alentó a escribir. Sus primeros poemas fueron publicados en revistas de prestigio: New Yorker, Harper's Magazine, Saturday Review, y no tardaron en obtener cierto reconocimiento de la crítica de la época. Aquello era sólo el principio.


Publicó tres libros de poemas consecutivos, los cuales, a la larga, se pueden leer como una primera observación/aproximación a su obra: To Bedlam and Part Way Back (1960), The Starry Night (1961) y All My Pretty Ones (1962). Cuatro años después, en 1966, se lanzó Live or Die; libro que la llevaría a ganar el Premio Pulitzer de Poesía, y con el que su nombre quedaría impreso –para siempre- en los anales de la literatura norteamericana. La temática de su poesía aborda temas como el aborto, la menstruación, los medicamentos y, sobre todo, la experiencia de ser mujer en un mundo dominado por la figura masculina. Fue durante esos años que cultivó una estrecha amistad con Sylvia Plath, quien, además, tuvo un desenlace similar. Sin embargo, su obra también se expande hacia el género de la literatura infantil, en la que destaca el maravilloso libro Eggs of Things (1963).


Anne Sexton se quitó la vida el 4 de octubre de 1974. Su muerte parece sacada de alguna trágica escena de Hamlet: se colocó un abrigo que heredó de su madre, se sirvió unos tragos de vodka y encendió el motor de su automóvil. Luego, y como parte de su último acto de magia, inhaló lentamente el viciado humo del monóxido de carbono.



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